En
JUGANDO ANDO tomamos como punto de partida, el reconocimiento del Juego como
derecho fundamental del niñ@. En el artículo 31 de la Convención sobre los
Derechos del Niño, promovida por la Asamblea General de la ONU el 20 de
noviembre de 1989, se establece que los estados parte, reconocen el derecho del
niñ@ “al Juego y a las
actividades recreativas propias de su edad". La convención es firmada
por Uruguay el 20 de enero de 1990 y entra en vigor el 2 de septiembre de
1990. En el año 2004, la Ley Nº 17.823, “Código de la Niñez y la
Adolescencia”, establece también, en su artículo 9º el derecho a la
recreación como esencial, como derecho intrínseco de niñ@s y adolescentes. En
la “Estrategia Nacional para
la Infancia y la Adolescencia” (2010-2030) se pone en manifiesto una
vez más la intención del Estado uruguayo de hacer cumplir los postulados de la
“Convención sobre los Derechos del Niño”.
Creemos que es momento de tomar el Juego como algo serio, como actividad fundante para el niñ@ en tanto actividad de creación natural, donde se potencian el desarrollo cognitivo, la autonomía y la maduración socio afectiva; en definitiva el ni@ se hace jugando. El Juego no es solo otra actividad cultural, el Juego reproduce y también crea cultura, es una forma de interactuar con la realidad. Además de producir placer, permite al niñ@ ejercitar la imaginación, asimilar normas, incorporarse a grupos de pares, lograr mayor dominio motriz, observar, elaborar y buscar solución a problemas.
Concebimos el
Juego como un espacio de creación, el espacio de creación natural de niñas
y niños. Creemos que el espacio lúdico es imprescindible para un
desarrollo adecuado. En dicho espacio se habilita a la imaginación y se
ejercita la creatividad. Y es en el Juego donde el niñ@ busca y encuentra gran
parte de las respuestas promovidas por su curiosidad. Este espacio favorece la
comunicación y la interacción grupal facilitando de esa forma la convivencia
presente y futura de las personas. En nuestra concepción el Juego es
indispensable para lograr una armonía que se traduzca en salud emocional además
de ser un derecho fundamental de niños y niñas.
El Juego
habilita al niñ@ a elegir y ejecutar libremente las acciones a llevar a cabo en
el desarrollo del mismo, fortaleciendo de esa forma la independencia, la
capacidad de toma de decisiones y la posibilidad de discriminar entre lo que se
desea y lo que no. Además son muchos los autores que señalan la importancia del
Juego como facilitador del aprendizaje y compensador de desigualdades.
Es por todo lo anteriormente expuesto que consideramos imprescindible para el natural desarrollo, que los niñ@s dispongan de tiempo y espacio de Juego suficiente de acuerdo a sus edades y necesidades.
Que bueno, cuidemos lo mas sano y puro que tiene el hombre, la niñez!! Mercedes Cuesta
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